El águila negra

Comedia romántica y dramática muda y en blanco-negro americana de 1925, una adaptación de la novela Dubrovsky del escritor romántico ruso Alexander Pushkin, publicada en 1841.

Distribuida por United Artists y financiada por Art Finance Corporation. Dirigida por Clarence Brown, producida por John Considine Jr y Joseph Schenck, escrita por Hans Kraly y George Marion Jr, musicalizada por Michael Hoffman, Carl Davis y Lee Erwin, fotografiada por George Barnes y Dev Jennings, montada por Hal Kern.

El vestuario es de Adrian y los actores son Rodolfo Valentino, Vilma Banky, Louise Dresser, entre muchos otros.

No es una película que vi en la computadora ni en la tele. Fui a una función del MALBA con un amigo, en el marco de una programación de películas mudas que proyecta este bello museo, dirigido por el magnífico empresario y economista Eduardo Constantini. Se trata de un ciclo de pelis hollywoodenses y europeas de las primeras épocas, con el agregado genial de la música en vivo.

Más allá de la escasez de público, ya que no se trata de una pieza a la que asista la mayoría de la sociedad (como sí lo hacen para una comercial, por ejemplo Poor things), es una experiencia peculiar que creo que debe aprovecharse al máximo: oír instrumentos de cuerda y piano mientras aparecen las imágenes con los carteles de la era silente es un acto de pura magia.

En esta ocasión, la primera gran estrella (antecesora del Star System construido por las productoras) fue el “latin lover” (llamado asi por los empresarios) Rodolfo Valentino. En este film encarna a un teniente ruso Vladimir Dubrovsky, que es sexualmente acosado por la zarina Catalina 2. La gestualidad de la actriz Louise Dresser, quien hace de esta “déspota ilustrada” del siglo 18, mezcla con nitidez expresiva la astucia perversa y el poder seductor propio de los monarcas que se salían con la suya caprichosamente, ante la falta de leyes que limiten su obsceno poder absolutista. Lo peor de todo es que este tipo de gobernantes (sean hombres o mujeres), se cultivaban culturalmente leyendo a los revolucionarios filósofos y economistas liberales, pero sus teorías se las pasaban por ahí atrás a la hora de aplicar en la práctica medidas totalmente tiránicas y expansionistas ( los casos de Napoleón, Federico 2 El Grande, José 2 de Austria, Carlos 3 de España, entre muchos otros).

Volviendo a la película (de 1hora y media): la trama gira alrededor de este protagonista que no acepta como un sirviente cobarde acostarse con la zarina para acceder al poder. Escapa y es perseguido por las fuerzas imperiales, con el haz bajo la manga de poseer una doble identidad, su personalidad secreta está directamente inspirada en el famoso Zorro (cuyo primer cuerpo fue el de otra estrella, Douglas Fairbanks, amigo de Chaplin) y su nombre es Águila Negra. Resulta que Dubrovsky se enamora de una acaudalada hija de un lacayo de la zarina (de nombre Kyrilla) que hará lo imposible para capturarlo.

Los movimientos de cámara y algunos efectos producidos por el montaje le otorgan a esta pieza rescatada del olvido una calidad por encima de la media. Las actuaciones y los vestuarios resultan irreprochables, los plot twists son portadores de un bello ingenio cómico. Las risas, aunque tímidas (no carcajadas) también suman mientras se acompañó el pasar de las escenas con dos flacos brillantes que, con talentos musicales, aumentaron el goce de una función atípica (como todas las que exhiben films mudos salvados de una muerte artística).

El final es muy malo: forzado e inverosímil, el asesinato estatal que alimenta un heroísmo post mortem, común en las figuras de aquellos que se rebelaron contra el orden dictatorial, se reemplazó en el guion por un héroe que escapa con su amada (cuya relación con su padre es ambigua) ante el beneplácito de la misma zarina, que se niega a último momento a fusilarlo (después que ordenó la confiscación de sus bienes como hacían los reyes anti democráticos). Más allá del feo cierre, técnica y narrativamente es rescatable.

Valentino murió 1 año luego de este film, repentina y tempranamente, provocando el lamento de todo un país (la potencia emergente EEUU), que lo lloró multitudinariamente, mientras las productoras acrecentaban su presencia, en esos tiempos a expensas de la libertad creativa de los cineastas, cuando el autorismo no era del director.

Author: nacho2002

extrovertido y cómico

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